Muestra de Cine Documental Portugués, em Barcelona, Outubro 2006

Nove filmes documentais de realizadores portugueses foram apresentados no âmbito da 6ª edição do Festival Internacional de Cinema Documental de Barcelona - Docúpolis 2006.

A mostra realizou-se com a presença de convidados que debateram, antes da sessão de apresentação, sobre aspectos da produção nacional no campo do filme documental. Catarina Alves Costa e Edgar Pêra, com a moderação de Nuno Lisboa, revelaram o modo como alguns dos filmes apresentados na Mostra reflectiam, na sua forma final, um olhar crítico sobre realidade politica e social portuguesa.

Os filmes apresentados foram :


MARGENS,de Pedro Sena Nunes,1995,28’

O ARQUITECTO E A CIDADE VELHA,de Catarina Alves Costa, 2003,72'

A DAMA DE CHANDOR,de Catarina Mourão,1998,90’

NATUREZA MORTA,de Susana de Sousa Dias,2005,72’

KUXA KANEMA,de Margarida Cardoso,2003,52’

OUTRO PAÍS: MEMÓRIAS, SONHOS, ILUSÕES...de Serge Tréfaut,1998,70’

ONDE JAZ O TEU SORRISO ( somente
no CCCB, em Barcelona, em Outubro de 2006)
De Pedro Costa, 2002,104'

NO QUARTO DA VANDA ( somente no IVAC, em Valencia, em Fevereiro 2007)
de Pedro Costa, 2000, 170’

IMPENDING DOOM,de Edgar Pêra, 2006, 8’

MOVIMENTOS PERPÉTUOS – CINE-TRIBUTO A CARLOS PAREDES,de Edgar Pêra, 2006, 70’


<<<<POMPA

Mostra de Cinema Documental Português, em Valência e La Coruña, Fevereiro e Março de 2007

Sobre a apresentação na Filmoteca Valenciana, 28 de Fevereiro de 2007

A sessão inaugural do ciclo sobre o Novo Cinema Documental Português, contou com uma breve introdução feita pelo responsável da programação da Filmoteca Valenciana, o Senhor José António Hurtado. Entre as menções habituais ao cinema português de Oliveira, José António reforçou a intencionalidade daquela instituição na aproximação às produções “periféricas”. Parece ser, que os nove filmes do ciclo de cinema documental português ficarão, por agora, associados a um território marginal, não só ao cinema ( europeu ) de ficção, como também ao cinema documental que se faz em Espanha.

Coincidiu com esta mostra documental portuguesa um outro ciclo promovido pela Filmoteca Valenciana e pelo CGAI, que terá ajudado a reforçar, embora por outros caminhos, o anunciado gosto pela periferia : “Cine-Ensayo, la forma que piensa “. Ross McElween, Jean-Luc Godard, Harun Farocki, Deborah Stratman, Barbara Hammer, entre outros, contribuíam neste ciclo, para a definição formal de um género reflexivo que não terá encontrado um lugar central dentro das chamadas “formas de não-ficção”.

Talvez devesse ser evocada com muito mais naturalidade, esta prática de trazer para o centro o que encontrou lugar na (ou à) margem de outras coisas. É esse movimento que orienta as próprias cinematecas, que existem, precisamente, para garantir um circuito de visibilidade à margem das salas comerciais. Igualmente assumido poderia ser o facto de que alguns filmes, e mais estes do que tantos outros, terem uma função específica na construção da cultura cinematográfica. Para estes filmes, é certamente fundamental encontrar um determinado circuito de exibição, nacional e internacional, onde os resultados serão lidos na verificação de uma difusão qualificada e não só, unicamente, no número de entradas vendidas.

Com a passagem destes filmes pelos ecrans cinéfilos espanhois, acrescenta-se algo ao óbvio. Ao negativismo que cerca os cineastas e documentalistas portugueses, o reconhecimento de uma grata função, ainda que numa abordagem à "produção periférica".

Curioso e certeiro foi ainda o texto de introdução do folheto escrito por Eloy Enciso: este jovem cineasta galaico-valenciano, define com “sentimiento de desamparo” o traço comum ao conjunto dos documentários da Mostra; não fosse, em cada umas das obras, o título, o tema ou o dispositivo utilizado, a menção quase literal à marginalidade, ao isolamento e à morte.


Programação da Mostra


<<<< POMPA


Eloy Enciso escreveu o texto de introdução para folheto da Mostra




MUESTRA DE DOCUMENTAL PORTUGUÉS

El cine como testigo

Los diez títulos que forman este ciclo son una breve muestra del conjunto de aportaciones del Nuevo Documental Portugués, una generación de cineastas surgida de forma más o menos espontánea durante los años noventa, y que desde entonces se extiende tanto en número como en diversidad de estilos. En un país donde, como en España, no existe una fuerte tradición formal ni apoyos claramente dirigidos al género, sorprende encontrar un rango de propuestas y miradas tan amplio, que además nunca se conforma con un análisis localista o autocomplaciente de la realidad circundante.

Más allá de la naturaleza documental común a todos los filmes, ¿podemos realmente hablar de rasgos generacionales distintivos cuando los discursos y las intenciones son tan dispares? Si hay alguna característica común, tal vez ésta sea el sentimiento de desamparo que parecen transmitir los directores —o lo que es lo mismo, esos alter ego que son los protagonistas de sus filmes. Con mayor o menor grado de nostalgia, de crítica o de virtuosismo estético, tanto los realizadores como sus personajes parecen estar atrapados entre dos tiempos, el tiempo de la Historia y el tiempo de las historias actuales, sus historias. Esta tierra de nadie entre dos tiempos que es el cine (más, si cabe, el cine documental, dado su tradicional compromiso moral como fiel testigo de la realidad que hace o hará justicia), ha llevado a muchos de los nuevos cineastas a involucrarse en realidades y personajes en los que resuena con fuerza la historia reciente de Portugal y la de su amplio legado colonial.

Quizá ésta haya sido la motivación que ha propiciado este surgimiento, la necesidad de rebuscar en las diversas presencias del pasado para mejor entenderse y poder construir así una identidad propia más coherente. No deja de ser curioso (aunque sea, en definitiva, el rasgo más interesante) que en la mayoría de casos los documentales establezcan un diálogo trans-generacional entre un joven director/a y una lejana realidad que, si no es una manifiesta ausencia es, cuando menos, una presencia crepuscular. Que esa mirada de los autores sea distanciada y por lo tanto alejada de sentimentalismos o forzadas justificaciones históricas, es otra de las características comunes de este ciclo, quizá de toda una generación que tiene por fin la libertad de aproximarse a su Historia y su imagen colectiva sin hipotecas previas (sólo las del autor con su propio compromiso estilístico).

Así se acerca Susana de Sousa Dias en Natureza Morta a los archivos de la dictadura de Salazar para reflexionar sobre la dualidadde la imagen. Los noticiarios y re gistros gráficos del régimen, pese a venir existiendo y haber sido expuestos, mantienen oculta su verdadera naturaleza, y sólo a través de un dispositivo formal adecuado se hace visible lo invisible. Es también el sorprendente caso de Outro país de Sergio Trefaut, que en su investigación descubre más de 30 películas realizadas en Portugal por extranjeros durante los meses que siguieron a la Revolución de los Claveles, trabajos que aún hoy son en su mayoría inéditos en el país. Este desinterés por la propia imagen, por el álbum de fotografías familiar que es el propio cine (documental o no), se hace más evidente cuando estas películas-testigo retratan momentos de felicidad, grandes cambios e ilusiones colectivas como fue el período inmediatamente posterior a la Revolución de Abril. Algo muy parecido ocurrió en Mozambique con Kuxa Kanema, el prometedor nacimiento del cine en los primeros años de independencia de este país, con su proyecto socialista de “filmar la imagen del pueblo y devolverla al pueblo”. La cambiante realidad política acaba imponiéndose sobre este sueño, dejando tras de sí toda la memoria de imágenes de un país abandonada en un edificio en ruinas. Esa responsabilidad inherente al cine como testigo que construye identidad (musical, cultural, filosófica) es la que asume Edgar Pera con su cámara de Super-8 y, entre la tradición del hombre de la cámara de Vertov y el montaje sincopado y fragmentario propio del video-clip, baila en Movimentos Perpetuos al son de la guitarra portuguesa del maestro Carlos Paredes.

Con frecuencia la cámara, en su intento por construir puentes hacia los territorios periféricos de la cultura lusa, tropieza con complejas realidades que con el paso del tiempo divergen más y más hasta hacerse insalvables, irreconciliables, dejando al cineasta solo (si es que alguna vez no lo estuvo) y retratando un tierra de nadie. Es el caso de El arquitecto y la Ciudad Vieja, que narra en estilo observacional los esfuerzos del célebre arquitecto Álvaro Siza por ejecutar un plan de restauración en una población de la ex–colonia Cabo Verde. Ante la precariedad de medios y la constatación de que ambas partes imaginan un futuro distinto, el proyecto común termina en un amargo desencuentro. Son los mismos desencuentros que en la ex–colonia Goa sufren la anciana Aída y su amiga india en A dama de Chandor, o los protagonistas de Margens, campesinos del norte de Portugal que en su empeño por romper el aislamiento geográfico, el que les impide seguir conectados al mundo, pierden algo seguramente más importante: la posibilidad de ser distintos.

Este ciclo se completa con dos trabajos de Pedro Costa, autor ampliamente reivindicado por la crítica francesa aunque poco conocido en España. Su exquisito discurso formal basado en largos planos fijos alcanza en muchos momentos el milagro de la modernidad cinematográfica: la dilución total de la mirada del artista en la realidad retratada hasta conseguir genuinas radiografías de tiempo. Con la pictórica No quarto da Vanda, Costa retrata con aires de Rembrant el universo de Vanda, su cuarto, su familia, su barrio en destrucción, su drogadicción, sus amigos…Un bello y demoledor fresco de personajes expulsados de la Historia cuya visión desde este lado de la pantalla viene a recordarnos que no existen imágenes bellas o feas, sólo imágenes justas. En Onde jaz o teu sorriso?, Pedro Costa posa su mirada sobre la pareja de cineastas Straub-Huillet, referentes del cine de autor europeo. Y lo hace, además, durante uno de los procesos más importantes y menos conocidos en la confección de una película: el montaje. Lejos de mostrar un retrato adulador y complaciente, Costa consigue sin apenas salir de la sala oscura donde se monta la película Sicilia!, dibujar uno de los retratos más tiernos, divertidos e interesantes del cine y el amor en pareja. Una lección magistral de cómo debiera ser (pensado) el cine.

Eloy Enciso in Folheto da Muestra de Cine Documental Portugués" apresentada no IVAC (Instituto Valenciano de cinematografía Ricardo Muñoz Suay) entre os dias 27 de Fevereiro a 16 de Março de 2007

Mesa de debate IVAC ( José António Hurtado, Catarina Simão e Eloy Enciso) e Eloy Enciso Fotos: Juan Carbonell